Recién empezada la década de 1950, dos objetivos planteados por los directivos de Film Andes lograban concretarse: abaratar los costos de producción, manejando todo el proceso en Mendoza (hasta el momento las películas habían sido realizadas en Buenos Aires, con su tecnología y recursos humanos) y controlar la distribución de las mismas a través de la adquisición de “P.Y.A.D.A.” – “Productores y Artistas de América S. A.”, empresa que sostenía una importante porción del mercado de distribución en la Capital Federal. Con la inauguración de los estudios comenzaba el sueño de la Hollywood mendocina.
LOS ESTUDIOS
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Hacia fines de la década de 1940, la empresa inició la construcción de estudios propios en el carril Cervantes de Godoy Cruz.
Se iniciaba así la etapa de la producción en tierras mendocinas.
Una figura fundamental fue Jack Hall. Este estadounidense contratado especialmente por Film Andes, a sugerencia de Carlos Borcosque - con quien había trabajado en Estados Unidos- fue la “cabeza” cinematográfica de la empresa.
Es quien asesoró a los proyectos cinematográficos a desarrollar, asistió e...
Jack Hall también fue el encargado de seleccionar y entrenar a los mendocinos que cubrían los diferentes roles detrás de cámara. La pericia que desarrollaron con los años hizo que fueran contratados para filmar fuera de la provincia.